Amar: creer supersticiosamente que ciertos fuegos fatuos son el indicio inequívoco de un tesoro inmenso y único.Cobarde: quien no se atreve a enfrentar lo que a mí me aterroriza hasta la parálisis.Enemigo: quien probó tener un número mayor de destrezas para conseguir lo que yo deseaba.Guerra psicológica: se le llama así a una estrategia militar que consiste en acribillar a la mitad de la población del país enemigo, con el fin de que los sobrevivientes sientan perdida la guerra, no se animen a pelear y se dediquen a las tareas humanitarias.Guerra selectiva: aquella en la que se usan instrumentos bélicos de tal precisión, que es virtualmente imposible que otro país, por más cercano que se encuentre al país Enemigo, también resulte destruido en su totalidad.Libertad de conciencia: “El derecho a pensar como se quiera siempre y cuando se obedezca como se debe”. (Michel Foucault)Muerto: que carece de vida... Que trabaja honradamente por un salario.
martes, 23 de febrero de 2021
lunes, 22 de febrero de 2021
¿Mucho texto?
los
poemas
deben
ser breves,
porque
estamos
en el mundo
de lo
inmediato.
Perdón,
por favor,
perdón,
por haberles hecho
gastar
cinco
segundos
de más.
Porque fuimos arrojados...
Porque fuimos arrojados sin nuestro consentimiento a la existencia sin sentido en un mundo que se autofagocita incesantemente.
sábado, 20 de febrero de 2021
Los mal llamados "abstencionistas" no callamos
martes, 16 de febrero de 2021
Avram Noam Chomsky o De la recepción
Tras un desglose de ciento ochenta minutos de los factores históricos, sociológicos e ideológicos implicados en una afirmación que, tres minutos después, será presentada así en twitter y en las tres revistas más independientes del mundo occidental: "Las grandes corporaciones ahora van por el agua. N.Ch.", Avram Noam Chomsky pasa a la firma de libros.
—I admire your work, Mr. Chomsky- le dice un joven de poblada y cuidada barba que viste una camiseta con su efigie "intervenida" al pasarle un libro para su firma.
"¡'ta madre! —piensa Chomsky— ¿Por qué solo me siguen estos culeros?... A huevo que cuando era lingüista ni me leístes ni de mí escuchastes. Se podría generar una infinita cantidad de construcciones sintácticas para decir que eres pendejo... Ya valí madres... Y tener que seguir haciéndole al gringo para que no me ningunéen...".
Así es: Chomsky es mexicano, y esta es la verdadera razón por las que es, ante todo, un lingüista excepcional.
—Cool, thank you— responde con su voz grave y una sonrisa poco natural. Le devuelve autografiado el libro.
"Cool... ero".
domingo, 7 de febrero de 2021
Ejercicio de escritura de un cliffhanger
—Five of my friends got Net***x ideas—What?—It's a very achievable goal.Rick and Morty (4X03)
Un cliffhanger (literalmente "colgando de un acantilado", que también se puede traducir como "al borde del precipicio" o "al borde del abismo") es un artificio narrativo mediante el que la escena que normalmente, al final del capítulo de una obra de ficción que se espere que continúe en otra entrega, genera el suspense o la conmoción necesaria para hacer que el lector o auditor se interese en conocer el resultado o desarrollo de dicho efecto en la siguiente entrega*.Un cliffhanger puede ser simplemente una imagen, una acción, o tal vez solamente una frase, dependiendo del medio y del tipo de historia.
- Protagonista descubre accidentalmente información que cambiará su historia
- Aparece un extraño que dará un giro a la historia
- Protagonista en riesgo de morir, ¿sobrevivirá?
La tipología es deliberadamente pobre con el fin de que sean los participantes quienes enriquezcan la lista; ellos sabrán cómo hacerlo al rememorar su experiencia con las series.
Continuó en seguida la ascensión y llegó al cuarto piso. Allí estaba la puerta de las habitaciones de la prestamista. El departamento de enfrente seguía desalquilado, a juzgar por las apariencias, y el que estaba debajo mismo del de la vieja, en el tercero, también debía de estar vacío, ya que de su puerta había desaparecido la tarjeta que Raskólnikov había visto en su visita anterior. Sin duda, los inquilinos se habían mudado.
Raskólnikov jadeaba. Estuvo un momento vacilando. «¿No será mejor que me vaya?» Pero ni siquiera se dio respuesta a esta pregunta. Aplicó el oído a la puerta y no oyó nada: en el departamento de Alena Ivanovna reinaba un silencio de muerte. Su atención se desvió entonces hacia la escalera: permaneció un momento inmóvil, atento al menor ruido que pudiera llegar desde abajo...
Luego miró en todas direcciones y comprobó que el hacha estaba en su sitio. Seguidamente se preguntó: «¿No estaré demasiado pálido..., demasiado trastornado? ¡Es tan desconfiada esa vieja! Tal vez me convendría esperar hasta tranquilizarme un poco.» Pero los latidos de su corazón, lejos de normalizarse, eran cada vez más violentos... Ya no pudo contenerse: tendió lentamente la mano hacia el cordón de la campanilla y tiró. Un momento después insistió con violencia.
Luego miró en todas direcciones y comprobó que el hacha estaba en su sitio. Seguidamente se preguntó: «¿No estaré demasiado pálido..., demasiado trastornado? ¡Es tan desconfiada esa vieja! Tal vez me convendría esperar hasta tranquilizarme un poco.» Pero los latidos de su corazón, lejos de normalizarse, eran cada vez más violentos... Ya no pudo contenerse: tendió lentamente la mano hacia el cordón de la campanilla y tiró. Un momento después insistió con violencia.
No obtuvo respuesta, pero no volvió a llamar: además de no conducir a nada, habría sido una torpeza. No cabía duda de que la vieja estaba en casa; pero era suspicaz y debía de estar sola. Empezaba a conocer sus costumbres...
Para no dar la impresión de que quería esconderse, Raskólnikov movió los pies y refunfuñó unas palabras. Luego tiró del cordón de la campanilla por tercera vez, sin violencia alguna, discretamente, con objeto de no dejar traslucir la menor impaciencia. Este momento dejaría en él un recuerdo imborrable. Y cuando, más tarde, acudía a su imaginación con perfecta nitidez, no comprendía cómo había podido desplegar tanta astucia en aquel momento en que su inteligencia parecía extinguirse y su cuerpo paralizarse... Un instante después oyó que descorrían el cerrojo.
Pepe Mujica o De la insatisfacción
Pepe Mujica termina de dar un discurso inspirador. La juventud lo aclama, los adultos muestran reverencia, los gobernantes del mundo toman nota: "Pueblo, tiempo, economía como un medio (no como un fin), libertad, las dificultades de la vida"... Escucha los aplausos y, en medio de la lisonja y adulación, piensa: "Durante años estuve diciendo lo mismo... Y solo hasta que me hice presidente comenzaron a escucharme... Pero, buehh, hay que pensar que nunca es tarde para aprend... ¡Ándense a la peluda y negra concha de su madre!".
En su camino de salida lo detienen, le dicen que vuelva al escenario para recibir un nuevo premio: esta vez es el no muy codiciado Premio a la sabiduría de la tercera edad...
"A la peluda y negra concha de su madre"...
martes, 2 de febrero de 2021
Daddy Yankee o del sentimiento de lo sublime
Ha dejado instrucciones precisas de que nadie lo moleste. Ahora, retirado en su estudio, único remanso de su falsa vida mundana, Ramón Luis Ayala Rodríguez, mejor conocido como "Daddy Yankee", suspende su lectura comparada del Tractatus logico-philosophicus y la Ética demostrada según el orden geométrico, de Spinoza («Todas las cosas que se siguen de la naturaleza absoluta de un atributo de Dios, debieron existir siempre y ser infinitas, esto es, son eternas e infinitas en virtud del mismo atributo») para volver a escuchar su composición favorita: la Novena Sinfonía de Beethoven.
lunes, 1 de febrero de 2021
Todo intento de desprogramación tiene una réplica de reprogramación similar o igual en fuerza e intensidad
Aunque suene redundante y a trabalenguas:
El programa está diseñado para, al menos, dos cosas: mantenernos programados, es decir, para sostenerse a sí mismo; y, también está programado para detectar, ya sea en otro o en uno mismo, algún componente desprogramado o en proceso de desprogramación, y entonces reprogramarlo.
Todo intento de desprogramación tiene una réplica de reprogramación similar o igual en fuerza e intensidad. Esto hace extremadamente difícil que se pueda producir un cambio de forma paulatina, ya sea en uno mismo o en otro.
Fácil: el juego se llama statu quo.