martes, 23 de febrero de 2021

Tentativas de extensión del Diccionario del Diablo, de A.B.


Por allá por el 2004 me di a la tarea de crear mis propias definiciones inspiradas en las que ofrece El diccionario del diablo, de Ambrose Bierce; aquí algunas de esas definiciones de mi autoría que han sobrevivido.

Amar: creer supersticiosamente que ciertos fuegos fatuos son el indicio inequívoco de un tesoro inmenso y único.

Cobarde: quien no se atreve a enfrentar lo que a mí me aterroriza hasta la parálisis.

Enemigo: quien probó tener un número mayor de destrezas para conseguir lo que yo deseaba.

Guerra psicológica: se le llama así a una estrategia militar que consiste en acribillar a la mitad de la población del país enemigo, con el fin de que los sobrevivientes sientan perdida la guerra, no se animen a pelear y se dediquen a las tareas humanitarias.

Guerra selectiva: aquella en la que se usan instrumentos bélicos de tal precisión, que es virtualmente imposible que otro país, por más cercano que se encuentre al país Enemigo, también resulte destruido en su totalidad.

Libertad de conciencia: “El derecho a pensar como se quiera siempre y cuando se obedezca como se debe”. (Michel Foucault)

Muerto: que carece de vida... Que trabaja honradamente por un salario.

lunes, 22 de febrero de 2021

¿Mucho texto?

Ahora
los
poemas
deben
ser breves,
muuuuuuuuuuuy,
pero muuuuuuuuuuuuuuuuuuy 
breves,
porque
estamos
en el mundo
de lo
inmediato.

'In' es prefijo que significa 'no';
'mediato' significa que implica mediación y, en consecuencia, exige tiempo.

San Agustín decía: "Si no me preguntan qué es el tiempo, lo sé; mas si me preguntan qué es, ya no lo sé". ¿Acaso San Agustín salió con esas para evadir un tema que lo sobrepasaba? Lean a San Agustín. Recomendado. 


Perdón,
por favor,
perdón,
por haberles hecho
gastar
cinco
segundos
de más.

Me excedí,
he perdido a mi público,
con decirles que hasta acabo de sentir que me hicieron scroll...


*Enlace a video, porque ahora las generaciones son "visuales"; es decir que antes no lo eran, a lo mejor ni ojos tenían*

Al menos se ven felices y étnicamente diversos

sábado, 20 de febrero de 2021

Los mal llamados "abstencionistas" no callamos


Decir que el que se abstiene* de botar** es responsable de que ciertos personajes infames sean instalados en los cargos de gobierno que requieren del montaje electoral, es una grosera extrapolación a la política de la idea de "el que calla otorga".

En primer lugar, el que calla NO otorga. Esa es una premisa de capataz, de matarife que intimida y luego dice: "Como lo ven, nadie se opuso". Repugnante. 

El que calla, entonces, simplemente calla, y tiene sus razones para hacerlo.

Sin embargo, los mal llamados "abstencionistas" no callamos. Por diferentes razones no participamos, y esto es ya un mensaje. Y nuestro mensaje NO es el de: "Tiene nuestra venia el verdugo de turno". 

Habrá que decirlo: muchos "abstencionistas" son anarquistas, y los anarquistas no andan por ahí solamente calladitos y dando su consentimiento tácito a los grupos en el poder, sino que hablan, una y otra vez, de la posibilidad de que no haya gobiernos (entre muchas otras cosas que deberíamos comenzar a considerar). Los anarquistas, entonces, hablan de muchas maneras, y el mal llamado "abstencionismo" es una de ellas.

Por lo tanto, todos los que han quedado "elegidos" cuando hay un 65 % (o el porcentaje que presenten las fidedignas instituciones) de la llamada "abstención", no han sido en realidad elegidos, sino que son usurpadores. Que gobiernen entonces sobre quienes los eligieron, ¿o es que les hemos pedido que nos gobiernen?

Creo, al final, que se trata de esto: aunque todos, desgraciadamente, estamos bajo la bota, hay unos que la lamen y otros que —y aquí sí vale el término— se abstienen de hacerlo.
 

*Abstenerse significa renunciar a algo que existe, pero, al no existir la "democracia", ¿de qué nos abstenemos finalmente los mal llamados "abstencionistas"?
** No, no es falta ortográfica: como indica la imagen, votar es botar.



martes, 16 de febrero de 2021

Avram Noam Chomsky o De la recepción

Tras un desglose de ciento ochenta minutos de los factores históricos, sociológicos e ideológicos implicados en una afirmación que, tres minutos después, será presentada así en twitter y en las tres revistas más independientes del mundo occidental: "Las grandes corporaciones ahora van por el agua. N.Ch.", Avram Noam Chomsky pasa a la firma de libros.

I admire your work, Mr. Chomsky- le dice un joven de poblada y cuidada barba que viste una camiseta con su efigie "intervenida" al pasarle un libro para su firma.

"¡'ta madre! piensa Chomsky ¿Por qué solo me siguen estos culeros?... A huevo que cuando era lingüista ni me leístes ni de mí escuchastes. Se podría generar una infinita cantidad de construcciones sintácticas para decir que eres pendejo... Ya valí madres... Y tener que seguir haciéndole al gringo para que no me ningunéen...".

Así es: Chomsky es mexicano, y esta es la verdadera razón por las que es, ante todo, un lingüista excepcional.

Cool, thank you responde con su voz grave y una sonrisa poco natural. Le devuelve autografiado el libro.

"Cool... ero".

domingo, 7 de febrero de 2021

Ejercicio de escritura de un cliffhanger

 


Five of my friends got Net***x ideas
What?
It's a very achievable goal.

Rick and Morty (4X03)

En vista de que, desde hace algunos años, nuestro valor como seres humanos ante un grupo determinado depende de que veamos la serie que para dicho grupo funciona como patrón oro (y así con cada conglomerado), sirvámonos de este fenómeno y llevemos a nuestros participantes a una actividad en que ellos mismos pongan en juego un recurso del que abusan todas las series: el cliffhanger.

En mi apreciación, esta actividad puede trabajarse con todos los grados de secundaria.

Hay una infinidad de definiciones del cliffhanger en internet, de modo que lo primero será que el tallerista busque la que mejor le cuadre. 

No obstante, a efectos de que el taller no se vuelva una cátedra de entrada, en lugar de botarles a nuestros participantes una definición de cliffhanger sin más, comencemos con la muestra de un cliffhanger en literatura, y luego hagamos preguntas que los orienten a descubrir por sí mismos en qué consiste esta sobrexplotada técnica narrativa.

Propongo que la lectura que se use como modelo de un espléndido cliffhanger sea el pasaje de Crimen y castigo, de Dostoievski, que copio al final de esta entrada. Léalo el tallerista con las debidas pausas, procure mantener algo de tensión. El fragmento es largo, sí, pero dependerá del tallerista mantener "enganchada" a su audiencia.

¿Por qué poner un pasaje de un libro que todo el mundo se la pasa citando (aunque vaya usted a saber cuántos en realidad lo han leído)? Porque al hacerlo se puede demostrar que las series no son así pues la gran "innovación" en narrativa que digamos; es más, si el tallerista tiene identificado un cliffhanger de El cantar de Gilgamesh que no necesite de media hora de contextuaización, úselo sin contemplaciones. Claro está que también puede tomar el ejemplo directo de alguna serie en boga, si así lo considera; en lo personal, me divierte mucho introducir tempranamente a los participantes en la filosofía de Qohélet, así aprenden a no dejarse descrestar por cualquier prestidigitación narrativa. Sí, vale, a lo mejor y soy un amargado, pero puedo asegurar que en mis años de promotor de lectura he logrado una y otra vez que mis participantes se diviertan con estas actividades y se animen a crear... En fin, volvamos con la secuencia de la actividad.

Lea en voz alta el pasaje de Crimen y castigo y haga lo posible porque su lectura consiga que los participantes se monten en la escena de una serie de insertar nombre de plataforma que cobra mensualidad.

Haga preguntas que apunten a que los participantes descubran por sí mismos qué es un cliffganger; aquí algunas preguntas que servirán para este fin:


- ¿Qué información nos brinda el final del pasaje y qué información nos oculta? ¿Qué efecto se busca con esa dosificación de la información?
- ¿Qué tanto espacio le da el narrador a la descripción de las reacciones físicas del protagonista? ¿Cómo se comporta el cuerpo del protagonista en esta situación? ¿Por qué el narrador se detiene en estos detalles?
- ¿Qué tanto espacio le da el narrador a la descripción de las reacciones mentales del protagonista? ¿Cómo se expresa la mente del protagonista en esta situación? ¿Por qué el narrador se detiene en estos detalles?
- ¿Cómo termina el pasaje? Se escucha que corren el cerrojo desde adentro. ¿Por qué el capítulo se interrumpe aquí y no, por ejemplo, cuando la puerta ya está abierta?

Recapitule todas las respuestas, de manera que resulte que entre todos los participantes se ha creado, a partir de la lectura, una noción de lo que es un cliffhanger como esta:


Un cliffhanger (literalmente "colgando de un acantilado", que también se puede traducir como "al borde del precipicio" o "al borde del abismo") es un artificio narrativo mediante el que la escena que normalmente, al final del capítulo de una obra de ficción que se espere que continúe en otra entrega, genera el suspense o la conmoción necesaria para hacer que el lector o auditor se interese en conocer el resultado o desarrollo de dicho efecto en la siguiente entrega*.

Un cliffhanger puede ser simplemente una imagen, una acción, o tal vez solamente una frase, dependiendo del medio y del tipo de historia.


Ya con esta noción establecida, pregunte a los participantes en qué tipo de producciones encuentran que se usa con mayor frecuencia esta técnica narrativa. Es casi seguro que responderán que se usa regularmente en sus series favoritas.

Presente esta limitada tipología de cliffgangers:

Tipos de cliffhanger

- Protagonista descubre accidentalmente información que cambiará su historia
- Aparece un extraño que dará un giro a la historia
- Protagonista en riesgo de morir, ¿sobrevivirá?

La tipología es deliberadamente pobre con el fin de que sean los participantes quienes enriquezcan la lista; ellos sabrán cómo hacerlo al rememorar su experiencia con las series. 

A continuación, pida a los participantes que escriban una escena con los elementos indispensables que podrían conducirla hacia un cliffhanger. Una guía para este ejercicio de escritura podría ser esta (retome lo que se comentó sobre el pasaje de Crimen y castigo, adecúe estas pautas o adicione lo que considere que puede servir al propósito de la actividad):

- Brinde información que contextualice la acción, de manera que la escena se entienda sin necesidad de demasiados antecedentes: nombre de los protagonistas, lugar en que se desarrollan los hechos, insinuación de sus motivaciones.

- Describa con cierto detalle las emociones y los pensamientos de los protagonistas.

- Detenga la narración en un punto en que el hecho principal (la entrada de un nuevo personaje, el conocimiento de una información prohibida, un accidente, etc.) quede anunciado o, por mucho, a mitad de camino; preséntelo de tal forma que quede exactamente en un punto que "obligue" al lector a esperar la siguiente entrega. Sí, pida a sus participantes que jueguen con las expectativas y las emociones del lector, así como lo hacen con ellos las series que frecuentan. 

Finalmente, defina un mecanismo para que algunos participantes hagan la lectura de su cliffhanger... Dado que al comienzo usted dio el mejor ejemplo de cómo mantener en vilo a una audiencia con la lectura de una muestra de cliffhanger tomada de la literatura, es seguro que podrá dirigir exitosamente esta parte de cierre de la actividad. 😉

Por supuesto, deje el espacio para que entre todos se comente cuáles propuestas de cliffhanher integraron mejor las pautas y generaron el efecto esperado.


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Nota: se pronuncia 'RaskÓlnikov' y NO 'RaskolnikÓv'


Fragmento de Crimen y castigo, de Dostoievski

Continuó en seguida la ascensión y llegó al cuarto piso. Allí estaba la puerta de las habitaciones de la prestamista. El departamento de enfrente seguía desalquilado, a juzgar por las apariencias, y el que estaba debajo mismo del de la vieja, en el tercero, también debía de estar vacío, ya que de su puerta había desaparecido la tarjeta que Raskólnikov había visto en su visita anterior. Sin duda, los inquilinos se habían mudado.

Raskólnikov jadeaba. Estuvo un momento vacilando. «¿No será mejor que me vaya?» Pero ni siquiera se dio respuesta a esta pregunta. Aplicó el oído a la puerta y no oyó nada: en el departamento de Alena Ivanovna reinaba un silencio de muerte. Su atención se desvió entonces hacia la escalera: permaneció un momento inmóvil, atento al menor ruido que pudiera llegar desde abajo...

Luego miró en todas direcciones y comprobó que el hacha estaba en su sitio. Seguidamente se preguntó: «¿No estaré demasiado pálido..., demasiado trastornado? ¡Es tan desconfiada esa vieja! Tal vez me convendría esperar hasta tranquilizarme un poco.» Pero los latidos de su corazón, lejos de normalizarse, eran cada vez más violentos... Ya no pudo contenerse: tendió lentamente la mano hacia el cordón de la campanilla y tiró. Un momento después insistió con violencia.

Luego miró en todas direcciones y comprobó que el hacha estaba en su sitio. Seguidamente se preguntó: «¿No estaré demasiado pálido..., demasiado trastornado? ¡Es tan desconfiada esa vieja! Tal vez me convendría esperar hasta tranquilizarme un poco.» Pero los latidos de su corazón, lejos de normalizarse, eran cada vez más violentos... Ya no pudo contenerse: tendió lentamente la mano hacia el cordón de la campanilla y tiró. Un momento después insistió con violencia.

No obtuvo respuesta, pero no volvió a llamar: además de no conducir a nada, habría sido una torpeza. No cabía duda de que la vieja estaba en casa; pero era suspicaz y debía de estar sola. Empezaba a conocer sus costumbres...

Para no dar la impresión de que quería esconderse, Raskólnikov movió los pies y refunfuñó unas palabras. Luego tiró del cordón de la campanilla por tercera vez, sin violencia alguna, discretamente, con objeto de no dejar traslucir la menor impaciencia. Este momento dejaría en él un recuerdo imborrable. Y cuando, más tarde, acudía a su imaginación con perfecta nitidez, no comprendía cómo había podido desplegar tanta astucia en aquel momento en que su inteligencia parecía extinguirse y su cuerpo paralizarse... Un instante después oyó que descorrían el cerrojo.

Pepe Mujica o De la insatisfacción


Pepe Mujica termina de dar un discurso inspirador. La juventud lo aclama, los adultos muestran reverencia, los gobernantes del mundo toman nota: "Pueblo, tiempo, economía como un medio (no como un fin), libertad, las dificultades de la vida"... Escucha los aplausos y, en medio de la lisonja y adulación, piensa: "Durante años estuve diciendo lo mismo... Y solo hasta que me hice presidente comenzaron a escucharme... Pero, buehh, hay que pensar que nunca es tarde para aprend... ¡Ándense a la peluda y negra concha de su madre!".

En su camino de salida lo detienen, le dicen que vuelva al escenario para recibir un nuevo premio: esta vez es el no muy codiciado Premio a la sabiduría de la tercera edad...

"A la peluda y negra concha de su madre"...

martes, 2 de febrero de 2021

Daddy Yankee o del sentimiento de lo sublime


Ha dejado instrucciones precisas de que nadie lo moleste. Ahora, retirado en su estudio, único remanso de su falsa vida mundana, Ramón Luis Ayala Rodríguez, mejor conocido como "Daddy Yankee", suspende su lectura comparada del Tractatus logico-philosophicus y la Ética demostrada según el orden geométrico, de Spinoza («Todas las cosas que se siguen de la naturaleza absoluta de un atributo de Dios, debieron existir siempre y ser infinitas, esto es, son eternas e infinitas en virtud del mismo atributo») para volver a escuchar su composición favorita: la Novena Sinfonía de Beethoven. 

Una lágrima se desliza lentamente por su mejilla con solo escuchar los primeros acordes. "¡Oh, sublime maestro!", suspira, sumergido en un éxtasis místico. Se deja gobernar por su fantasía más recurrente: ser Director de orquesta sinfónica... 

Y así lo vemos, moviendo sus manos acompasadamente ante una invisible orquesta. 

En este momento, Daddy Yankee es feliz... y tú presea...

lunes, 1 de febrero de 2021

Todo intento de desprogramación tiene una réplica de reprogramación similar o igual en fuerza e intensidad


Aunque suene redundante y a trabalenguas:

El programa está diseñado para, al menos, dos cosas: mantenernos programados, es decir, para sostenerse a sí mismo; y, también está programado para detectar, ya sea en otro o en uno mismo, algún componente desprogramado o en proceso de desprogramación, y entonces reprogramarlo.

Todo intento de desprogramación tiene una réplica de reprogramación similar o igual en fuerza e intensidad. Esto hace extremadamente difícil que se pueda producir un cambio de forma paulatina, ya sea en uno mismo o en otro.

Fácil: el juego se llama statu quo.
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