sábado, 25 de julio de 2020

Yo televidente en los 90 - Series animadas - # 1 Los Simpsons: dibujitos que no son para niños



Preliminar

El tiempo. La percepción del tiempo. Nuestra percepción del tiempo varía con el paso del tiempo mismo. Me atrevo a afirmar que, en la percepción de mis contemporáneos, median algo así como unos ¿quince años? entre la década del 90 y este presente; ni qué decir de la primera década del milenio: una persona nacida en el 2002 —por poner una fecha— ha de tener ahora unos ¿seis años? Quizá esto solamente me pase a mí, aunque haya memes que respalden estas conjeturas temerarias. 












Como sea, dada la proximidad en el tiempo, en esta temporada dedicada a las series animadas de los años 90 evitaré entrar en detalles de la trama, descripciones de los personajes, etc.; en su lugar, optaré por la concisión y trataré, casi de forma exclusiva, de lo que estos programas de televisión significaron para mí en su momento, qué le revelaron al preadolescente y al adolescente de entonces, qué idearios, ilusiones o patrones de conducta alcanzaron a implantar en su mente en formación.

# 1 LOS SIMPSONS: DIBUJITOS QUE NO SON PARA NIÑOS

Cuando terminé de ver el primer capítulo de Los Simpsons descubrí (a mis 11 años) que había dibujitos que no eran para niños; en consecuencia, descubrí que este era el tipo de serie que quería ver en adelante, porque yo, que comenzaba el bachillerato, ya no era un niño.

Me pareció la inigualable obra de un genio y me sentí más inteligente porque la entendía (eso creía). Hay quienes nunca dejaron de experimentar esto último, pero de eso no tiene la culpa la serie.

¿Qué significó para ustedes la serie en ese momento (repito, en ese momento)?

Invito a compartir alguna frase o diálogo de la serie que se les haya quedado grabada, pero que no sea del material excesivamente trillado. Ofrezco esta muestra:

Sr. Burns: …tengo riqueza y poder más allá de los sueños de su clase trabajadora; sin embargo, llevo una vida solitaria.

El loco que se creía Michael Jackson: Michael Jackson puede ser una estrella que está grabando un disco en Los Angeles, o puede ser alguien que está aquí, deseoso de componer contigo una canción de cumpleaños para tu hermana.

Bueno, está bien, compartamos una de las trilladas, ya que se hizo mención de la celebridad:

Homero: ¡Marge, creo que odio a Michael Jackson!... No, pensándolo bien, no lo odio: es buen cantante y es noble.

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