sábado, 1 de agosto de 2020

El líder negativo




Estudiaba en un colegio privado de medio pelo. Recuerdo que en grado noveno, en una "convivencia", hicieron pasar adelante a quienes los compañeros consideraran "líderes" de cada curso. Por unanimidad, uno de los que pasó al frente fue un muchacho de mi curso (que, ahora que lo recuerdo, tenía más edad que el resto de sus pares, quizá dos años más); se le sumaron otras caspas de otros cursos.

Allí, frente a las miradas del resto del personal recluso de bachillerato, mi compañero decidió sentarse. Al poco tiempo, los demás "líderes" comenzaron a sentarse, sí, como en una reacción en cadena. Una vez que estuvieron sentados todos, los "psicólogos" se apresuraron a dictaminar: "He ahí al líder de todos... pero es el líder negativo" 😈

"¡Líder negativo!"... ¡Caerle encima, ante todos sus compañeros, con semejante rótulo estigmatizador, a ese puberto cerebro de flan (el desarrollo cerebral termina a los 21 años)! No digo que fuera una "inocente criatura", pero me quedan dudas sobre lo adecuado que pudo ser ese manejo de la situación en una "convivencia".

Con todo, mi compañero supo tomarlo con humor —tal vez no le quedaba de otra—, pues al siguiente día de clases, cuando se presentó en el salón, hizo su entrada diciendo en voz alta: "¡Saluden a su líder negativo!".

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